Ahora, adentrándonos un poco más en el
campo de la espiritualidad de los animales podemos abrirnos a la posibilidad de
una existencia de fe motivadora en el actuar de los mismos. Si consideramos que
la fe es lo opuesto al temor, podemos entonces en esa misma lógica, mencionar
distintos comportamientos animales que impresionan una manifestación latente de un desarrollo de
fe en los mismos, podemos hacer referencia al comportamiento animal según el
ambiente o el medio que los rodea y notar claras diferencias comportamentales
que se encuentran en el plano de la fe y en plano del temor.
En países occidentales, en circos,zoológicos,
haciendas ganaderas, galpones, perreras y
demás, encontramos animales con
respuestas agresivas, evitativas frente a acercamientos de personas; también
podemos observar expresiones de dolor tristeza e incluso expertos en el tema
han dado reporte de animales con depresión:
“Existen
numerosas líneas de investigación que apuntan a entender las causas que llevan
a la depresión animal y los resultados existentes priorizan al amo como principal responsable, al relegar
a la mascota a un segundo plano y no prestarle la atención necesaria. Hace tiempo atrás en Santiago un perro atacó
a un lactante con tristes resultados,
los dueños al explicar el incidente declararon que la presencia de la
guagua provocó cambios en la conducta de su mascota, su instinto lo llevó a manifestar de esa
manera la marginación afectiva de parte de su amo”.
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